Rubén Pérez, director subrogante de Gendarmería de Chile, afirmó que no "aceptamos ser tratados como corruptos" tras la polémica liberación de Alberto Mejía, antes conocido como "Osmar Ferrer", el sicario del Rey de Meiggs.
Cabe destacar que, luego de la liberación del criminal, la institución descartó fallas en sus procedimientos internos y aseguró que la orden judicial que permitió su salida fue recibida por los canales oficiales y debidamente verificada.
En conversación con Radio Infinita, el líder de Gendarmería sostuvo que "las deficiencias, las debilidades, las eventuales conductas infractoras serán determinadas de acuerdo a la investigación que está sustanciando el Ministerio Público".
"No aceptamos ser, a priori, tratados como corruptos, cuya hipótesis se trata de instalar sin ningún indicio. Es una irresponsabilidad y una falta de respeto que traten al personal de Gendarmería de corrupto a priori, sin tener cómo demostrarlo", expresó.
Asimismo, destacó "desde la buena fe" que el personal de la institución actúa con "rectitud, es gente proba, somos empleados públicos".
"Lo que no podemos aceptar es que, a priori, se intente cortar el hilo por lo más delgado y que se diga que el sistema penitenciario está en los ripios, cuando eso no ha sido demostrado", concluyó.
Descartó coordinación en su salida
Respecto a los dos sujetos que esperaron a Alberto Mejía en su salida, Pérez señaló que el aludido no tuvo ningún acceso a un teléfono celular dentro del penal y descartó que haya existido coordinación previa con los sujetos que lo acompañaron cuando salió de la cárcel.
“Son sujetos que salieron dentro del grupo de las libertades que se entregaron en el mismo rango horario", expresó.
Aclaró que no son personas que "estaban concertadas" y que no hubo "alguna comunicación telefónica o de otra manera que les permitiera coordinarse".
Además, fue enfático en que "no existe ni se ha comprobado que Alberto Mejía tuvo acceso a teléfono".