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Crimen de "la abuela del pueblo": anciana aymara había denunciado amenazas de migrantes antes de su muerte

Oriunda de Quebe, donde nació, vivió y quiso morir, Maximiliana era una figura muy querida y respetada. Ganadera, artesana y sabia transmisora de la cultura aymara.

24horas.cl

Martes 15 de abril de 2025

La brutal muerte de Maximiliana Amaro Mamani, una mujer aymara de 85 años, ha conmocionado la zona norte del país y ha encendido las alarmas sobre la crisis de seguridad que enfrentan las comunidades del altiplano chileno, especialmente aquellas que han sido desbordadas por el paso constante de migrantes irregulares por la frontera con Bolivia.

Maximiliana, conocida por todos como "la abuela del pueblo", fue hallada sin vida en su domicilio en la localidad de Quebe, comuna de Colchane, luego de que vecinos denunciaran no tener noticias de ella durante varios días. La policía confirmó que se trató de un robo con homicidio, y que su vivienda fue violentada y saqueada.

Pero lo que más duele a sus cercanos es que ella lo había anticipado. Durante años denunció públicamente los constantes robos, amenazas e invasiones a su privacidad a raíz del ingreso masivo de migrantes irregulares. 

Incluso, en una ocasión relató que un hombre la había intimidado con un arma: "'Te voy a matarte'. Y sacó un revólver, me apuntó así… con el revólver”".  

Pero ese no fue el único incidente que sufrió, ya que 2021 fue víctima de la delincuencia, pues le robaron ganado y le mataron algunos animales. En otra ocasión, sorprendió a unos extranjeros intentando tomarse la casa de su hermana. 

Sobre esto, Rodrigo Martínez, exfuncionario de la municipalidad de Colchane recordó que la mujer "contaba que había sido amenazada con armas de fuego, parte de inmigrantes, que sufría constantemente el robo de su ganado, ella temía mucho por su seguridad".

Oriunda de Quebe, donde nació, vivió y quiso morir, Maximiliana era una figura muy querida y respetada. Ganadera, artesana y sabia transmisora de la cultura aymara, entregó su vida a la preservación de las tradiciones ancestrales. "Gracias a ella conocemos la lengua, las costumbres, la cosmovisión de nuestro pueblo", declaró una de sus nietas.

A pesar de los peligros, Maximiliana no abandonó su tierra. Incluso brindó refugio y comida a muchas personas que cruzaban con niños. Pero esa generosidad pudo haberle costado la vida. Según sus hijas, la mesa estaba puesta y todo indica que ayudó a sus agresores antes de ser asesinada.

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