El volcán Villarrica, uno de los más activos de Chile y un emblema geológico del sur del país, ha registrado entre 2021 y 2023 un cambio profundo en su dinámica eruptiva. De acuerdo con una investigación publicada en la revista Bulletin of Volcanology, liderada por el académico Jorge Romero Moyano del Instituto de Ciencias de la Ingeniería de la Universidad de O’Higgins, se identificó una recarga de magma más caliente y profundo como el motor principal de recientes emisiones de ceniza.
Los análisis, realizados sobre nueve muestras de piroclastos recolectadas entre 2015 y 2023, revelaron un recalentamiento del lago de lava, revirtiendo el enfriamiento progresivo registrado durante décadas.
“Tanto las señales geofísicas como la composición de las rocas expulsadas entre 2021 y 2023 indican un control más profundo, relacionado a un nuevo magma”, explicó Romero.
Riesgos inciertos del Villarrica
A pesar de que históricamente estas recargas han estado ligadas a grandes erupciones, Romero advierte que no es posible predecir con certeza cuándo podría ocurrir una erupción mayor.
“Todavía no sabemos por cuánto tiempo o qué tan grandes deben ser estas recargas profundas para producir un desequilibrio que lleve a grandes erupciones”, señaló.
Un aspecto innovador de este estudio fue la inclusión activa de la comunidad local. Montañistas y guías de la zona participaron en la recolección de muestras y el seguimiento del cráter, lo que permitió una mayor resolución temporal entre los episodios eruptivos.
La colaboración de la comunidad para investigar al Villarrica
La antropóloga Francisca Vergara, coautora del estudio, señaló que esta colaboración representa un enfoque de “ciencia con la gente”, donde se reconoce el conocimiento acumulado por quienes habitan y transitan el volcán. “Este artículo viene a mostrar lo importante que es superar el extractivismo científico y abrir paso en las geociencias a la colaboración sinérgica entre comunidades e investigadores”, indicó.
Osiel Aqueveque, guía de montaña y delegado regional de la Asociación Nacional de Guías de Montaña, también coautor del estudio, subraya que conocer en detalle la dinámica del volcán es vital para quienes trabajan y viven en sus inmediaciones.
“Nos permite interpretar el entorno de una manera técnica y simple. No se trata solo de subir el volcán, la persona debe saber dónde está parada, su historia, sus minerales y cómo cambia el volcán”, expresó.
Por otra parte, el director de la Red Nacional de Vigilancia Volcánica de Sernageomin, Álvaro Amigo, resaltó la utilidad del estudio para las instituciones encargadas del monitoreo.
“Este tipo de estudios permite complementar las observaciones instrumentales y comprender los procesos que gatillan esta actividad en el contexto de meses a años”, afirmó, valorando la captura de datos en terreno como un insumo esencial para la prevención y reducción de riesgos.
