Durante años, se ha debatido si la juventud representa el apogeo de nuestras capacidades mentales o si, por el contrario, la experiencia y el paso del tiempo enriquecen nuestra inteligencia. Por ello, Joshua Hartshorne, autor del mayor estudio sobre capacidad cognitiva respecto a la edad, realizó en estudio sobre este tema, desafiando algunas creencias populares sobre el desarrollo cognitivo.
El estudio, que destaca TN de Argentina, analizó una amplia gama de habilidades mentales, que van desde la velocidad de procesamiento hasta la comprensión verbal, en miles de participantes de distintas edades. Los resultados muestran que diferentes aspectos de la inteligencia alcanzan su punto máximo en momentos distintos del ciclo de vida.
Según el investigador, es un error pensar en la inteligencia como una capacidad única que florece y se desvanece de forma lineal, puesto que ciertas habilidades, como el pensamiento lógico o la memoria de trabajo, tienden a mejorar en la adolescencia y adultez temprana, mientras que otras, como el vocabulario o la capacidad para resolver problemas complejos, se refinan y alcanzan su auge más adelante.
Es así como el estudio muestra cómo nuestra mente no deja de evolucionar, lo que contradice la visión común de que a cierta edad todo va deteriorándose en términos cognitivos.
- La capacidad de procesar información rápidamente llega a su cúspide a los 18 y 19 años.
- La memoria a corto plazo alcanza su máximo a los 25 años y se mantiene estable por una década antes de declinar.
- La habilidad para comprender las emociones ajenas no se perfecciona hasta los 40 o 50 años.
- En pruebas de vocabulario, las personas de entre 65 y 75 años demostraron un desempeño superior.
¿Cuál es la generación más inteligente?
El Efecto Flynn muestra que los puntajes promedio de los test de inteligencia (CI) aumentaron en todo el siglo XX, especialmente entre los nacidos desde 1900 hasta los años 70-80.
Esto se atribuye a mejoras en educación, salud, estimulación cognitiva, acceso a libros y luego a tecnología.