Pablo Dimitroff, director de la clínica donde Diego Armando Maradona estuvo internado poco antes de morir, declaró durante una nueva audiencia del juicio que busca esclarecer las responsabilidades penales por el fallecimiento del ídolo trasandino.
El médico está a cargo de la Clínica Olivos, institución donde el '10' se sometió a una intervención quirúrgica por un hematoma subdural en la cabeza y permaneció ingresado hasta el 11 de noviembre de 2020, fecha donde se trasladó a una residencia privada en el barrio de Tigre. "(Las conductas de Maradona) eran autolesivas. No comía como corresponde, tomaba cosas que no le hacían bien, no se levantaba de la cama, estaba despierto de noche y dormía de día, no cumplía con la toma de medicación", expresó.
"Nos parecía que el domicilio no era el lugar adecuado para la continuidad del tratamiento que había iniciado en Clínica Olivos con el drenado del hematoma", complementó el profesional de la salud en alusión a la polémica decisión de que "Pelusa" continuara su tratamiento en una vivienda tras abandonar el recinto hospitalario.
En ese sentido, Dimitroff afirmó que trasladar a Maradona de la Clínica Olivos a otra institución que se encargara de su rehabilitación motriz, sus problemas de adicciones y sus síntomas de abstinencia "era la única salida adecuada para lograr que el paciente pudiera llevar a cabo una buena recuperación".
El médico se encargó en aquel momento de trasladarle a los médicos del ídolo, Leopoldo Luque y Agustina Cosachov, imputados en esta causa, que "era un paciente complicado para llevárselo nuevamente al domicilio". Según el testigo, su inquietud "fue aceptada y planteada como una preocupación de la familia y cuerpo médico tratante", quienes a su vez admitieron que les costaba mucho "manejarlo en la casa".
