Cada año, la humanidad consume los recursos naturales del planeta a un ritmo más acelerado. Y en 2025, el llamado Día de la Sobrecapacidad de la Tierra, la fecha en que usamos más de lo que el planeta puede regenerar en un año; llegó el 24 de julio pasado. Es una señal clara de que nuestro modelo actual de producción y consumo no es sostenible.
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Por dar un ejemplo, en países como España, los recursos naturales se agotaron incluso antes: el pasado 23 de mayo, apenas tres días más tarde que en 2024. Esto indica que no ha habido cambios significativos en los hábitos de consumo. La huella ecológica española, según el último cálculo, equivale a 2,36 planetas Tierra, muy por encima de la biocapacidad disponible.
¿Qué es el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra?
El concepto, desarrollado por la organización Global Footprint Network, compara dos indicadores:
- Biocapacidad: la capacidad del planeta para regenerar los recursos biológicos.
- Huella ecológica: la demanda de recursos ejercida por personas, gobiernos y empresas.
Cuando esa demanda supera la capacidad regenerativa, entramos en sobrecapacidad. Y cada año, esta fecha se adelanta más en el calendario. Hoy, la humanidad vive como si necesitara 1,8 planetas para sostener su estilo de vida.
Los líderes del sobreconsumo
Entre los países que más rápido agotan sus recursos están:
- Qatar
- Luxemburgo
- Singapur
Mientras que entre los más sostenibles aparecen:
- Uruguay
- Indonesia
- Nicaragua
La brecha entre unos y otros refleja un modelo desigual de consumo global.
Impacto sobre la biodiversidad y el clima
El actual sistema de producción y consumo de alimentos ocupa el 40% de la tierra habitable y es una de las principales causas de:
- Pérdida de hábitats
- Emergencia climática
- Disminución de la biodiversidad
En América Latina y el Caribe, por ejemplo, las poblaciones de vertebrados han disminuido un 95% en los últimos 50 años. A nivel global, la reducción es del 73%.
Un llamado urgente al cambio
Los expertos advierten que, de no cambiar el rumbo, más de la mitad de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) no se cumplirán para 2030. De hecho, se estima que el 30% podrían incluso empeorar en comparación con 2015.
Frente a este escenario, la educación ambiental, el cambio en los patrones de consumo y la protección de la biodiversidad se vuelven fundamentales. Porque si seguimos viviendo como si tuviéramos más de un planeta, no nos alcanzará ni uno.