El destacado astrofísico estadounidense John Mather, premio Nobel de Física 2006, aseguró que no cree que el ser humano esté solo en el universo, aunque advirtió que nuestros posibles vecinos cósmicos "están muy lejos".
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“No creo que sea posible tener una conversación con ellos pronto”, bromeó Mather durante su conferencia en el Festival Starmus, que este año regresó a Puerto Naos, en La Palma.
Convencido de que la vida "siempre ocurre cuando tiene la oportunidad", el Nobel destacó que la búsqueda de vida fuera de la Tierra es un desafío fascinante, aunque reconoció que enviar robots fuera del sistema solar "tomará mucho tiempo". Por eso, propuso centrarse en un objetivo más alcanzable: llegar a Marte.
“Con esfuerzo podríamos vivir en otro lugar fuera de la Tierra. Necesitaríamos un gran cohete, llegar rápido y averiguar cómo producir comida en un ambiente tan hostil”, explicó Mather, planteando que primero deberíamos enviar un robot que construya refugios antes de arriesgar a humanos en una misión de ida y vuelta extremadamente costosa.
Entre risas, advirtió que quien viaje a Marte en un futuro próximo debe saber que probablemente no podrá regresar, debido al altísimo costo de transportar oxígeno y otros recursos esenciales.
Un universo de misterios y grandes telescopios
Durante su charla, John Mather también celebró los avances científicos que hoy permiten observar el universo como nunca antes. Mientras el telescopio Hubble nos mostró que el universo se expande, el telescopio James Webb —proyecto del que fue uno de los líderes— nos ofrece imágenes detalladas de nubes de polvo cósmico y de las primeras galaxias.
"Gracias al Webb podemos ver objetos muy guays y estrellas chulas", comentó con entusiasmo.
Al hablar del origen del universo, Mather recordó que, tras el Big Bang, "absolutamente todo era del tamaño de una pelota de golf". Sin embargo, confesó que el nombre "Big Bang" le parece "horrible".
“El universo está lleno de campos cuánticos y ondas misteriosas, pero no es tan incomprensible como a veces se piensa”, sostuvo optimista el científico, destacando el enorme poder del cerebro humano, ese “superordenador natural” capaz de plantearse preguntas existenciales.
La mirada optimista de Mather sobre la Inteligencia Artificial
Sobre la inteligencia artificial, Mather se mostró curioso y positivo. Señaló que la IA es una herramienta “guay” que puede traer beneficios reales a la humanidad. Aunque también planteó preguntas provocadoras:
“Si la IA llega a simular conciencia o planificación, ¿tendrá propiedades o derechos? Es un desafío maravilloso que muestra cuán lejos podemos llegar”.
Finalmente, John Mather invitó a soñar en grande, recordando que aunque no podamos viajar todavía a otras estrellas, "tenemos tiempo de averiguarlo antes de que Andrómeda colisione con nuestra galaxia".