Comprar una vivienda debería ser sinónimo de tranquilidad y satisfacción, pero en muchos casos se convierte en una fuente de frustración.
De acuerdo con el Estudio Nacional de Satisfacción de Clientes 2024 elaborado por Best Place to Live, el 53% de los compradores no recomendaría a la inmobiliaria que les vendió su departamento. ¿La razón? No siempre es el producto en sí, sino la experiencia vivida durante el proceso.
Según explicó Javier Jory, gerente comercial de Best Place to Live Store, "el servicio incide cada vez más en cómo el cliente percibe su nivel de satisfacción tras la compra de una vivienda. De hecho, lo que más repercute en la satisfacción de los clientes es la gestión comercial, la entrega y la postventa que le entrega la inmobiliaria al cliente".
En concreto, de acuerdo al estudio Nacional de Satisfacción de Clientes Inmobiliarios, este descontento muchas veces se origina en la falta de acompañamiento y comunicación efectiva por parte de las empresas, lo que genera incertidumbre en cada etapa: desde la firma del contrato hasta la entrega del inmueble y la respuesta ante un requerimiento de post venta.
En contraposición, aquellas inmobiliarias que están trabajando con seriedad en la satisfacción de sus clientes, como es el caso de las certificadas Best Place to Live, sus clientes tienen hasta 36 veces más intención de volver a comprar versus clientes que compraron en inmobiliarias no certificadas. Y además, este grupo de empresas certificadas por la satisfacción de sus clientes, están marcando diferencias comerciales: durante el primer trimestre del año, según cifras del Infoinmobiliario de Toctoc, vendieron en promedio un 40% más UF que el mercado.
En un contexto donde adquirir una vivienda representa una de las decisiones financieras más importantes en la vida de una persona, la confianza y la transparencia se vuelven factores determinantes.
