El Congreso Nacional rechazó declarar el Viernes Santo como feriado irrenunciable al no lograr unanimidad en la Cámara de Diputados. Esto permite que el comercio opere con normalidad, lo que generó críticas sindicales.
Con los plazos legislativos agotados, el proyecto queda descartado este año, frustrando el intento de otorgar un nuevo descanso en el feriado religioso. Aunque los centros comerciales podrán abrir sus puertas, deberán hacerlo respetando el dictamen de la Dirección del Trabajo, el que tras la precisión de este lunes consigna que, los trabajadores que hayan tenido libre el año pasado, este año no pueden ser obligados a acudir a su trabajo.
Marco Delgado, vocero de sindicatos de Falabella, Paris y Ripley, denunció que las empresas ofrecen un bono de $36 mil brutos para trabajar ese día, calificándolo como una “mercantilización de la dignidad”. También señaló que muchas veces los trabajadores son presionados para aceptar.
En el ámbito político, el diputado Diego Schalper (RN) criticó al Partido Republicano por bloquear el proyecto, cuestionando su falta de apoyo pese a su inspiración cristiana.
El parlamentario defendió el sentido espiritual de la medida, destacando la importancia de la reflexión más allá del crecimiento económico.
Desde el Ejecutivo, el ministro de Hacienda, Mario Marcel rechazó la iniciativa por considerarla improvisada y con posibles impactos económicos.
Rosario Navarro, presidenta de la Sofofa, en tanto, respaldó esta postura, advirtiendo que más feriados irrenunciables afectan el crecimiento del país.