Atraída por los paisajes, la seguridad y la posibilidad de acceder a mejores oportunidades, la chilena Andrea Quezada decidió postular al programa Working Holiday en Islandia. Tras iniciar los trámites en agosto de 2024, en marzo de este año ya estaba instalada en Þykkvabær, un pequeño pueblo al sur de la isla.
Aunque tardó un mes en conseguir empleo, la espera le significó acceder a un salario que, según relata, supera los $2.500.000 chilenos. Una cifra que le ha permitido ahorrar más que en cualquier otro destino donde ha trabajado.
“Lo mínimo que pagan acá son $2.500.000 hacia arriba. Yo gano más que eso y este es el lugar donde más he podido ahorrar mensualmente”, comentó hace un tiempo a Las Últimas Noticias.
Andrea relataba que ahorra entre $1.300.000 y $1.500.000 mensuales. Su caso, sin embargo, era particular: no pagaba arriendo, ya que al llegar se hospedó con una familia para un voluntariado y estos le ofrecieron quedarse incluso después de que comenzara a trabajar.
En cuanto al costo de vida en Islandia, detallaba que en las ciudades grandes un arriendo puede fluctuar entre $600.000 y $800.000, mientras que un departamento de una habitación bordea los $1.300.000. El gasto en alimentos alcanza entre $130.000 y $150.000, y el transporte alrededor de $90.000.
Quezada explicaba que la experiencia es positiva: destacando la seguridad, la tranquilidad y la naturaleza del país nórdico. No obstante, reconoce un aspecto desafiante: la frecuencia del transporte público, incluso en Reikiavik, la capital.