Un mundo hiperconectado puede parecer algo poco dañino, sin embargo, en algunas ocasiones podría convertirse en un problema por las ganas casi imparables por revisar el teléfono y observar lo que está pasando.
En esta línea, un acrónimo se convirtió en un motor invisible del comportamiento humano: FOMO, un fenómeno psicológico que no se originó hace pocos años, pero que se acentuó con la masividad y el desarrollo de las redes sociales, y que hoy comprende uno de los miedos más grandes de la generación Z.
¿Qué es FOMO?
FOMO proviene del término en inglés Fear of Missing Out, por lo que en español se traduce como el miedo a perderse algo, y comenzó a popularizarse a principios de la década de 2010, especialmente entre millennials, y aunque hoy su alcance es transversal, es más popular entre los nativos digitales.
FOMO es la sensación de que otros están disfrutando experiencias gratificantes mientras uno está ausente. En redes sociales, se manifiesta al ver fotos de viajes, lanzamientos exclusivos, eventos o incluso logros personales ajenos.
Esto genera una necesidad compulsiva de participar, reaccionar o estar presente, aunque sea de forma virtual.
¿Cómo identificar el FOMO?
Guillermo Bustamante, académico de la Facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes, explicó en palabras simples lo que es el FOMO: "El miedo a quedarse con 1% de la batería un viernes en la noche, cuando el grupo de amigos se organiza para salir y como te quedas sin batería, no sabes qué hacer".
Para Bustamante no es difícil identificar este fenómeno, pues el indicio m´s latente es el uso excesivo de redes sociales en la cotidianidad y la dificultad para desconectarse de ellas.