Holly Jane, de 42 años, vive en Texas, crea contenido para adultos, es influencer y afirma que gana cifras millonarias cada mes, pero pese a su aparente éxito –autos de lujo, inversiones en Bitcoin, más de 1,6 millones de seguidores en Instagram–, aseguró que su entorno la juzga, la rechaza y la acusa injustamente.
Antes de incursionar en el contenido para adultos, Holly trabajaba como reclutadora de enfermeros y participaba activamente en su comunidad religiosa, siendo miembro de la iglesia mormona.
Según consignó TN, todo cambió cuando se dieron a conocer sus redes sociales y su labor en plataformas para adultos. Desde entonces, las demás madres de su barrio la tratan con hostilidad o la evitan por completo: "No tengo amigas donde vivo. Las mujeres se sienten amenazadas por mí o hacen todo lo posible para que el resto del pueblo me evite".
Sobre la misma, contó que ni siquiera la saludan como antes, que la excluyen de reuniones sociales y hasta de actividades cotidianas como salir a almorzar o juntarse para hacerse manicure.
El conflicto escaló tras un episodio en el que una vecina la vio grabar videos en bikini en el patio de su casa, mientras sus hijos asistían a la escuela.
Holly relata que desde ese momento, la tensión creció: sintió miradas intimidantes, rumores y la condena silenciosa de quienes la rodean.
También mencionó que el marido de una vecina descubrió su cuenta de redes sociales y compartió su contenido en un grupo de Facebook del barrio, provocando reacciones negativas. Algunas personas incluso intentaron denunciarla ante la asociación vecinal, aunque sin éxito.
"Hasta las que parecen amables me mantienen a distancia. Son educadas, pero no quieren tener nada que ver conmigo", sostuvo.
Holly afirma que hay meses en los que ha ganado hasta US$250.000, cerca de 240 millones de pesos chilenos, aunque típicamente gana cerca de US$94.000, es decir, casi 90 millones chilenos. Con ese dinero ha comprado autos de alta gama, propiedades y hasta invirtió en la bolsa.
Respecto a quienes la critican, puntualizó que no está haciendo "nada inmoral ni ilegal", sino que "sólo hago contenidos de fotografía y video. No entiendo por qué eso debería considerarse algo malo".
