Como si fuera un truco de magia, al ritmo de un potente y pegadizo 'Abracadabra', Lady Gaga mató, resucitó y resurgió una versión más evolucionada de 'Mother Monster' con una actuación en la que mezcló su era más icónica con los éxitos de su nuevo álbum, 'Mayhem', en Coachella.
La estrella estadounidense encabezó este viernes el cartel de la primera jornada del festival más grande de EE.UU., que se celebra en la desértica ciudad de Indio (California), emulando una obra de teatro que se dividió en seis actos contando el final, en los fue desglosando el inicio de una nueva era sin dejar atrás las otras que la catapultaron a la fama.
Officially Lady Gaga’s performance at Coachella marked as THE BEST performance in HISTORY #Coachella2025 #Coachella pic.twitter.com/i1S9z0TgQU
— 𝐃𝐞𝐧 (@Invisblechains) April 12, 2025
A través de una inédita historia, que ya venía advertida que sería sangrienta, al dar inicio al concierto con 'Bloody Mary', y posada sobre un largo vestido rojo, la cantante avisaba de que no se trataba de un viaje cualquiera, sino más bien de una transición en la que volvió a su pasado para matarlo, enterrarlo, revivirlo y renacer de sus cenizas.
En un 'show' cargado de dramatismo, muchos suspiros para crear suspense, y el retorno de la estética extravagante, Gaga de repente revelaba la sorpresa y se encontraba cara a cara con su 'alter ego' de 'Bad Romance'.
Tras una lucha entre ambas, simulada como si fuese una partida de ajedrez bailada al ritmo de 'Poker Face', la artista mata a base de golpes y puñetazos a la dama blanca que protagoniza el videoclip de la canción principal del álbum 'The Fame Monster', su era más gótica.
Lady Gaga stuns with the Paparazzi crutches at Coachella. pic.twitter.com/hmtqsKPu8R
— Pop Crave (@PopCrave) April 12, 2025
Tras un ritual de entierro, Gaga yace junto al cadáver de quien simula ser su antigua yo, y comienza a emerger de sus cenizas al ritmo de 'Perfect Celebrity' para luego dar paso a una de las canciones que marcaron una era en su repertorio: 'Alejandro'.
La estrella mostró a lo largo del show además su faceta polifacética: tocó la batería 'Killer', la guitarra con 'Garden of Eden' y se puso frente al piano las baladas 'How Bad Do U Want Me' y 'Shallow', además de bailar las míticas coreografías de 'Judas' o 'Born This Way'.
Y tras una operación, Gaga se "reconstruye": "Los monstruos nunca mueren", concluyó, mientras empiezan a sonar los primeros acordes de 'Bad Romance', con la que cierra un ciclo que duró 1 hora y 45 minutos.