El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió este martes a mostrarse abierto a reunirse con el líder norcoreano, Kim Jong-un, esta misma semana durante su gira por Asia, aunque aún no existen planes para el encuentro.
El mandatario republicano hizo estas declaraciones en Tokio, durante un encuentro con la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, y familiares de ciudadanos japoneses secuestrados por Corea del Norte hace varias décadas.
"Veremos qué pasa. No hemos hecho nada, hemos estado muy ocupados, de verdad que no, pero lo discutiremos", respondió Trump cuando un periodista le preguntó si planeaba abordar con Kim el tema de los secuestrados japoneses.
"Me llevo muy bien con Kim Jong-un"
Trump, quien se encuentra de gira por Asia y prevé visitar Corea del Sur para reunirse el jueves con el presidente chino, Xi Jinping, dejó abierta la posibilidad de un nuevo encuentro con el líder norcoreano, con quien ya se reunió durante su primer mandato.
"Me llevo muy bien con Kim Jong-un, me gusta él y yo le gusto a él. Si quiere reunirse conmigo, estaré en Corea del Sur", declaró el lunes.
Kim Jong-un
Durante su primer mandato, Trump se reunió tres veces con Kim, entre 2018 y 2019, y ambos protagonizaron un histórico apretón de manos en la zona desmilitarizada de la península de Corea, aunque las conversaciones no lograron concretar un acuerdo sobre la desnuclearización de Corea del Norte.
Trump y Takaichi se reunieron este martes en el Palacio de Atasaka, en Tokio, con familiares de japoneses secuestrados por Corea del Norte entre las décadas de 1970 y 1980, uno de los puntos más sensibles en la relación entre ambos países.
Trump saludó y conversó brevemente con los familiares, que llevaban consigo fotografías de algunas de las víctimas.
"Estados Unidos los apoya en todo momento", afirmó Trump, señalando que ya conocía a varios de ellos. "Recuerdo todos estos rostros hermosos", añadió.
Según el Gobierno japonés, al menos 17 ciudadanos han sido identificados oficialmente como víctimas de los secuestros, aunque se sospecha que el número real podría superar los 70 casos.
Corea del Norte admitió en 2002 su responsabilidad en algunos de los secuestros y permitió el regreso de cinco víctimas, pero se desconoce el paradero de los demás.
La mayoría de los secuestrados eran jóvenes, y fueron llevados a Corea del Norte para enseñar idioma y cultura japonesa a espías norcoreanos, según la ONU.