Aline Pereira Ghammachi, religiosa brasileña, acusa haber sido expulsada de su cargo como abadesa de un monasterio por "ser demasiado linda", según detalló a medios italianos. La monja anució que realizará una demanda y que llevará su caso al Vaticano.
Eso sí, el caso es más profundo. El monasterio donde ejercía, el cisterciense de clausura de los Santos Gervasio y Protasio, en Italia, es famoso por la producción de vinos. A inicios de este mes, se conoció que cinco monjas huyeron del convento, debido a una "tensión insoportable".
El medio italiano el Gazzettino describió que una comisión de inspección papal destituyó a Pereira, la abadesa (máxima autoridad del convento) más joven en la historia de ese claustro, con 41 años. Posterior a la destitución, cinco monjas cercanas a la religiosa habrían sufrido una "fuerte presión psicológica".
"Tuvimos que huir", dijo joven monja a ese medio, "porque el clima, desde que llegó la Comisión que expulsó a la Hermana Aline, se volvió insoportable".
Respecto a su destitución, Aline Pereira Ghammachi acusa que acudirá al Vaticano para que revisen su caso.
"Me dijeron que no encajaba con la imagen de una monja. Que era demasiado atractiva para representar a la Iglesia”, dijo a medios brasileños e italianos.
"El asunto ya lleva dos años en marcha. Todo comenzó con una carta que cuatro de las monjas que vivían en el convento enviaron al Papa Francisco, en la que se me acusaba de maltratar a las hermanas y otras calumnias infundadas", explicó a el Gazzettino.
"He sido atacada injustamente y quiero que toda la verdad salga a la luz. He dedicado toda mi vida a mi camino religioso y ahora lo veo destruido sin que haya pruebas en mi contra", agregó.
En un comunicado, el monasterio indicó que la exabadesa tenía derecho a apelar el decreto si llevaba el caso al Dicasterio.
"La exabadesa tenía derecho a apelar el decreto ante el Dicasterio. Ahora, afirma que prefiere presentar una demanda civil, pero no está claro contra quién ni por qué motivos, ya que todo se hizo conforme al derecho eclesiástico, el único autorizado para regular la vida monástica", explicó la Alianza Intermonastérica el 3 de mayo, según recoge Clarín.