"Ya terminó mi ciclo. Sinceramente, me estoy muriendo. Y el guerrero tiene derecho a su descanso".
Con esas palabras, José “Pepe” Mujica anticipó el cierre de una vida pública marcada por la lucha, la resistencia y la coherencia. Este martes 13 de mayo de 2025, a los 89 años, falleció en su chacra ubicada en las afueras de Montevideo, luego de que el cáncer detectado en su esófago se extendiera al hígado.
Mujica había revelado su diagnóstico en abril y, con la franqueza que lo caracterizaba, decidió no someterse a tratamientos agresivos debido a su edad y a sus enfermedades crónicas.
"No me cabe ni un tratamiento bioquímico ni la cirugía porque mi cuerpo no lo aguanta", declaró entonces al semanario Búsqueda.
"El cáncer en el esófago me está colonizando el hígado. No lo paro con nada. ¿Por qué? Porque soy un anciano y porque tengo dos enfermedades crónicas.", contó.
Del fusil a la presidencia
La historia de Mujica es también la historia reciente del Uruguay. Militante del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros en los años 60 y 70, fue arrestado y torturado durante la dictadura militar. Pasó más de una década en prisión en condiciones extremas. A la salida del régimen, comenzó su trayectoria política institucional como legislador, luego ministro, y finalmente presidente de la República entre 2010 y 2015.
Su gobierno destacó por reformas progresistas, como la legalización del matrimonio igualitario, la regulación del mercado de cannabis y una política exterior basada en la autodeterminación de los pueblos.
Una vida austera como declaración política
Internacionalmente, Mujica fue admirado tanto por sus discursos contra el consumismo como por su modo de vida sencillo. Renunció al uso de la residencia presidencial, donó buena parte de su salario y vivió hasta sus últimos días en su modesta chacra, donde trabajaba diariamente con su tractor.
En su última entrevista, expresó su deseo de ser enterrado allí mismo, junto a su perra Manuela, al pie de un sequoia. "Estoy haciendo los papeles para que ahí también me entierren a mí. Y ya está", dijo.
Hasta el final, Mujica mantuvo un fuerte compromiso con el futuro político del país. A fines de 2024, respaldó la candidatura de Yamandú Orsi, su delfín político, quien fue electo presidente y asumió en marzo de 2025. Con esta transición, el proyecto de izquierda impulsado por Mujica aseguró su continuidad más allá de su figura.
Agradeció en sus últimas declaraciones a su esposa, la ex vicepresidenta Lucía Topolansky, compañera de militancia y de vida.
Último mensaje
"A pesar de todos los pesares, estuve añares preso, me pasó de todo, después fui presidente. Entonces tengo que gritarle gracias a la vida", dijo a BBC Mundo en noviembre de 2024, en una entrevista que puedes revisar completa a continuación:
Poco antes, en octubre del 2024, Pepe Mujica participó en el último acto público de campaña, donde entregó un emotivo discurso en el marco de la candidatura por el Frente Amplio del actual presidente Orsi.
"Es la primera vez en los últimos 40 años que no participo en una campaña electoral estando el resto y lo hago porque estoy peleando con la muerte, al final del partido, absolutamente convencido y consciente, pero tenía que venir hoy acá, por lo que simbolizan ustedes", explicó en ese entonces Mujica.
"Soy un anciano que está muy cerca de emprender la retirada de donde no se vuelve, pero soy feliz porque están ustedes, porque cuando mis brazos se vayan habrá miles de brazos sustituyendo la lucha y toda mi vida dije que los mejores dirigentes son los que dejan una barra que los supera con ventaja", añadió.
Así, en ese momento mencionaba que estaba vivo por su "compañera" y por "otra mujer", que es su doctora, y reflexionó que las nuevas generaciones "van a vivir un cambio en el mundo que no ha conocido la humanidad".