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Vacas alimentadas con cáñamo industrial producen leche con THC y parecen estar drogadas, según estudio

En el estudio se notó que la respiración y los latidos del corazón se ralentizaron, las vacas se volvieron somnolientas e inestables en sus movimientos y el enrojecimiento del ojo, entre otros.

24horas.cl

Deutsche Welle

Martes 15 de noviembre de 2022

Investigadores alemanes han alimentado a diez vacas lecheras con cáñamo industrial durante 28 días con resultados interesantes en términos de salud animal y riesgo para los consumidores de leche.

Las vacas lecheras que comen restos de cáñamo de la industria del cannabis parecen estar drogadas –somnolientas e inseguras– hasta el punto de enfermar y tienen niveles potencialmente inseguros del compuesto psicoactivo tetrahidrocannabinol (THC) en su leche, además de una reducción de la producción de esta, según un estudio del Instituto Federal de Evaluación de Riesgos (BfR) publicado este martes en Berlín.

La llamada dosis aguda de referencia de 0,001 miligramos de THC por kilogramo de peso corporal podría superarse significativamente en los seres humanos y especialmente en los niños. La dosis de referencia indica la cantidad máxima estimada de THC que se puede ingerir en el transcurso de un día sin ningún riesgo perceptible para la salud.

En Alemania, sin embargo, no cabe esperar un alto contenido de THC en la leche de vaca debido a las condiciones del marco legal según los conocimientos actuales, explicaron los investigadores.

Estudio con diez vacas

Los inicios del estudio se remontan a más de diez años. En ese momento, había indicios en la Unión Europea de que los cannabinoides contenidos en el cáñamo comercial alimentado con vacas podían pasar a la leche de vaca, pero no había datos fiables en ese momento.

Para su estudio, el BfR examinó diez vacas lecheras que recibieron diferentes cantidades de ensilado de cáñamo comercial en su ración alimenticia.

A una concentración comparativamente alta de cannabinoides, el comportamiento de los animales cambió significativamente. A partir del segundo día, las vacas comieron menos y también dieron menos leche.

La respiración y los latidos del corazón se ralentizaron, las vacas se volvieron somnolientas, inestables en sus movimientos, hubo un aumento de la salivación, el juego de la lengua y el enrojecimiento del ojo. Poco después del inicio de la alimentación, también se detectaron cantidades significativas de THC y otros cannabinoides en la leche.