En un nuevo episodio de Máximas de TNT SPORTS, el defensor de Universidad Católica, Branco Ampuero, fue el protagonista de una conversación, donde abordó desde sus inicios inesperados en el fútbol profesional hasta los momentos más personales de su vida familiar.
El jugador de 31 años, oriundo de Calbuco, confesó que nunca soñó con ser futbolista y que su ingreso a las canchas fue casi accidental. “Yo iba para buzo como mi papá”, comentó con humor, relatando cómo una prueba masiva en Puerto Montt cambió su destino. Desde ese momento, su carrera tuvo un ascenso meteórico: seis meses en cadetes, debut profesional y contrato firmado antes de los 18 años.
Ampuero también repasó momentos personales, como el hecho de estar distanciado de su primogénita por desencuentros familiares. “Estando en Antofagasta conocí a la mamá de Flo y quedó embarazada teniendo un año de relación nosotros. Después, por desencuentros y discusiones que suceden en todas las relaciones, terminé cortando la relación y eso desencadenó un alejamiento involuntario de mi hija. En verano de ese 2018 fue donde pasé los peores meses y años de mi vida en ese sentido, sin poder ver a mi hija”.
"Al final eso se paga"
En otros temas, el zaguero reconoció que su primera etapa en Universidad Católica se vio empañada por lesiones y una vida social intensa, que terminaron alejándolo del club. “Dormía poco, me alimentaba mal y me lesionaba seguido. Al final, eso se paga”, dijo, aludiendo a las razones por las que la UC no compró su pase en 2018 y debió volver a Antofagasta.
Con madurez, relató cómo su regreso en 2021 fue distinto: con nuevas cláusulas contractuales, mayor responsabilidad y una vida personal más estable. “Ahora mi rutina es con mi señora, con mi hijo, en familia. Me encanta cocinar, ordenar la cocina y acostarme con todo limpio”, señaló.