Un pequeño robot con apariencia de cuy y cubierto un suave pelaje está causando sensación en el mundo de la tecnología. Se trata de Moflin, la nueva apuesta de Casio, un compañero con inteligencia artificial emocional capaz de evolucionar en más de 4 millones de personalidades únicas.
LEE TAMBIÉN EN CONCIENCIA 24.7:
- Chatbots que se hacen pasar por Jesús: ¿evangelización digital o herejía?
- Comenzó el XIII Summit País Digital con 20 propuestas para un Chile digital e inclusivo
- Artemis II: la misión que prepara el regreso humano a la Luna en febrero del 2026
“Moflin no es un juguete, es un compañero inteligente”, señaló Jennifer Kelly, directora de marketing de Casio UK, durante el lanzamiento en Londres. “Tiene un mapa emocional integrado y responde a la luz, al sonido y al tacto. Con el tiempo, puede crear un vínculo con su dueño según cómo interactúe con él”.
Un robot que aprende de ti
Moflin está diseñado para comportarse como una mascota de compañía, reaccionando con movimientos, sonidos suaves y cambios en su postura. Bajo su pelaje esconde sensores de luz, sonido y movimiento, además de un acelerómetro que interpreta cada interacción. Se recarga en una base similar a una cama, reforzando su carácter de “animal” electrónico.
Según Casio, después de 50 días de maduración, Moflin se convierte en un compañero único para su propietario, generando respuestas que imitan expresiones animales realistas. Lo interesante es que todo el procesamiento de datos ocurre localmente, sin depender de la nube, lo que refuerza la privacidad del usuario.
Tecnología pensada para la vida cotidiana
Los usuarios pueden gestionar a su robot mediante una aplicación móvil que permite ver el estado de ánimo, registrar el nombre y seguir su evolución. Con un precio de £369 en Reino Unido y $429 en Estados Unidos ($412.000 pesos chilenos aproximadamente), Moflin se presenta como una opción para quienes buscan un compañero terapéutico en casas pequeñas o ambientes de alta carga de estrés.
Más que un juguete: un experimento social y terapéutico
Casio insiste en que Moflin no pretende reemplazar a una mascota real ni ser un juguete, sino un avance en robótica social. Para muchos expertos, podría ayudar en la regulación emocional y ser un apoyo en temas como la ansiedad o la soledad.
La comentarista tecnológica Philippa Forrester, usuaria temprana de Moflin, destacó: “La gente se relaciona con este pequeño compañero de IA y eso me parece fascinante. Es un ejemplo de cómo estamos usando la inteligencia artificial de nuevas maneras”.