La canonización de Carlo Acutis, conocido como el “influencer de Dios”, fue un hito que mostró cómo la Iglesia Católica comienza a acercarse al mundo digital. Acutis, fallecido en 2006, usó internet para difundir su fe y dejó un legado como referente de la espiritualidad online.
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Hoy, la irrupción de la inteligencia artificial (IA) en la vida cotidiana también está transformando los espacios religiosos. Desde chatbots que se presentan como Jesús hasta robots que realizan rituales en templos, la tecnología está replanteando la relación entre tradición y modernidad en diversas religiones.
Los “Jesús chatbots”
El auge de los chatbots generativos ha dado paso a plataformas que ofrecen la posibilidad de interactuar directamente con figuras religiosas. Algunos de los más populares aseguran ser “Jesús”, lo que genera críticas entre expertos y fieles.
Un análisis del filósofo Anné Verhoef, de la Universidad del Noroeste en Sudáfrica, examinó cinco de estos bots y reveló preocupaciones: ninguno fue desarrollado o aprobado por iglesias oficiales y cuatro pertenecen a empresas privadas. Además, todos funcionan con publicidad o suscripciones premium.
“La posibilidad de abuso es enorme si las personas creen que están hablando realmente con lo divino”, advierte Verhoef.
Experimentos en iglesias
Pese a las dudas, algunos experimentos han tenido buena acogida. En Suiza, una parroquia católica instaló un chatbot de Jesús en un confesionario para responder preguntas teológicas, mientras que en Alemania, cientos de luteranos participaron en una misa generada por ChatGPT. Sin embargo, los cuestionamientos persisten: ¿puede un sermón escrito por una IA ser considerado espiritualmente inspirado?
Robots y rituales en otras religiones
El uso de IA y robots no se limita al cristianismo. En el hinduismo y el budismo, algunos templos en India han incorporado brazos robóticos para realizar rituales aarti o incluso un elefante animatrónico con IA en Kerala.
Según la antropóloga Holly Walters, estas religiones priorizan la correcta ejecución del ritual más que las creencias del oficiante. “Los robots no se cansan ni se enferman, y pueden programarse para no cometer errores”, explica.
Una fe entre la tradición y la automatización
Estudios del investigador Joshua Jackson, de la Universidad de Chicago, muestran que los cristianos son menos proclives a aceptar IA en espacios sagrados que otras culturas, como Japón. Incluso allí, la experiencia con predicadores robóticos redujo el compromiso religioso de los asistentes.
“Las comunidades religiosas ven un lugar para la automatización, pero cuando la tecnología sustituye demasiado, surge la pregunta: ¿seguimos siendo los mismos?”, resume Walters.