Durante más de 260 años, las jirafas fueron consideradas una sola especie: Giraffa camelopardalis. Sin embargo, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) anunció que en realidad corresponden a cuatro especies distintas, lo que cambia por completo la forma en que se entiende su conservación en África.
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“Una jirafa no es una jirafa, por así decirlo. Ahora tenemos cuatro especies diferentes, cada una con su propia narrativa”, explicó Michael Brown, investigador de la Fundación para la Conservación de Jirafas (GCF) y autor del estudio según The New York Times.
Un redescubrimiento científico
Ya en el siglo XIX, algunos naturalistas habían notado diferencias en los patrones de pelaje de jirafas de distintas regiones. Más tarde, los estudios genéticos y anatómicos confirmaron que esas diferencias no eran solo variaciones, sino huellas de linajes separados.
Un análisis de ADN publicado en 2024 mostró que las jirafas actuales se dividen en cuatro ramas principales, que se separaron hace unos 280.000 años y casi no se cruzan entre sí. Ese mismo año, el examen de 515 cráneos reveló diferencias claras en los osiconos (los cuernos óseos de su cabeza).
Las cuatro especies de jirafas
- Jirafa del sur (Giraffa giraffa): es la más abundante, con cerca de 68.837 ejemplares, distribuidos en Sudáfrica y países vecinos.
- Jirafa Masai (Giraffa tippelskirchi): habita en el este de África, principalmente en Tanzania y Kenia.
- Jirafa reticulada (Giraffa reticulata): se encuentra en el norte de Kenia y el sur de Etiopía.
- Jirafa del norte (Giraffa camelopardalis): conserva el nombre original y sobrevive en pequeños grupos aislados entre Sudán del Sur y Níger, con apenas 7.037 individuos.
Según datos preliminares de la Giraffe Conservation Foundation (2025), las poblaciones de las especies norteña, reticulada y Masai son tan reducidas que podrían ser catalogadas como amenazadas de extinción en la próxima evaluación de la UICN.
Conservación: señales de esperanza
A pesar de las cifras preocupantes, existen experiencias alentadoras. En Uganda, la reubicación de ejemplares de la jirafa del norte desde el Parque Nacional Murchison Falls permitió pasar de dos poblaciones a cinco en pocos años. “Cuando las jirafas tienen espacio y seguridad, se reproducen muy bien. Hay historias positivas de conservación”, destacó Stephanie Fennessy, directora de la GCF, al New York Times.