24 Horas conversó con familias chilenas que enfrentan enfermedades graves y cuyos tratamientos son viables en una clínica de Estados Unidos, la cual incluso está dispuesta a recibirlos y pagar sus gastos. El problema es que sus visas han sido rechazadas para ingresar al país norteamericano.
Uno de los casos es Valentina, que tiene 2 años y vive con Mucopolisacaridosis tipo mps1. Es decir, su cuerpo no secreta una enzima fundamental para muchos de sus procesos vitales. Se trata de una enfermedad poco común y grave. Pero, la esperanza se abrió: y es que un ensayo clínico en Estados Unidos la acogió para tratarla. Para ello, también le hicieron un trasplante de médula, pero la traba fue mayor: su visa -y la de su familia- fue rechazada para viajar.
"Los doctores que acá siempre nos dijeron que era una tremenda oportunidad, que no se nos iba a dar otra vez la vida. Con esto nosotros y la Valentina va a aportar para los estudios más adelante, también le estamos ayudando a más niños y ojalá puedan acceder a este mismo tratamiento", comentó Loreto León, madre de Valentina.
Otro afectado es Gastón, un joven con un tumor de 7 cm. en su cerebro, el cual es de los más agresivos, pero al igual que Valentina, su tratamiento está en Estados Unidos, en el Hospital Nicklaus Children’s en Miami, cuyo recinto le ofreció una mejor calidad de vida. Sin embargo, la historia se repite: su visa también fue rechazada en dos oportunidades.
"En el 2024 empezamos a hacer excepciones para viajar por la gravedad del tumor y ahí estamos. Nos han rechazado la visa 2 veces para viajar a Estados Unidos. Yo creo que (piensan) que nosotros queremos como arrancar del país para instalarnos allá, como que desesperadamente estamos tratando de llegar a Estados Unidos. Pero no es el caso de nosotros, nosotros estamos desesperados porque queremos tomar el tratamiento.", comentó Rubén San Martín, padre de Gastón.
"Estoy con impotencia y con rabia, saber que en otros lados sí puede haber una luz de esperanza para Gastón y acá no se puede hacer nada. Da pena vivir el día a día pensando en lo que puede pasar", agregó.
¿Por qué dicho permiso es denegado? No es la recrudecida política migratoria de Donald Trump, se trata de una visa B2, también conocida como visa médica. En concreto, los extranjeros que busquen tratamiento médico en Estados Unidos, ya sea para sí mismos o para un familiar cercano, deben solicitar una visa de visitante b2.
Para acceder a la visa B2, de visitante, pero con propósito con fines médicos: se debe demostrar la necesidad de tratamiento en Estados Unidos, presentar el historial médico y una carta del médico de su país de origen y una carta o plan de tratamiento de un centro estadounidense. Además, se debe evidenciar la capacidad para cubrir los gastos médicos, viaje y manutención.
Junto con ello, declarar que sus planes de permanencia en Estados Unidos serán únicamente para el período del tratamiento y con ello, mostrar evidencia de residencia permanente, empleo o familia en Chile para confirmar la intención de regresar a casa y finalmente explicar por qué no es posible obtener el tratamiento en el país de origen.
Desde la embajada, señalan que las familias afectadas pueden reclamar al proceso y volver a intentarlo, pero hay una opción más: un permiso humanitario: "No existe una visa humanitaria. Lo que existe es un proceso para solicitar un permiso humanitario donde alguien que no califica para una VISA puede presentar su caso ante el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos. Es importante recalcar que esta no es una visa".
En tanto, desde Cancillería ofrecieron realizar las consultas respectivas: "En el caso de situaciones de carácter humanitario debidamente justificadas, y ante la solicitud (...) de (...) connacionales que lo necesiten, la Cancillería puede realizar consultas a sus contrapartes (…) Esto, con el objetivo de ponerse a disposición para colaborar en el procedimiento asociado a la solicitud de visa en situaciones calificadas, por ejemplo, por razones de salud o de carácter humanitario".
Sin embargo, advierten que solo una gestión que no garantiza el éxito y que Chile no tiene cómo presionar a otro país para brindar accesos a su territorio.
