Las olas de calor son una de las consecuencias del cambio climático. Estas se presentan cuando hay altas temperaturas máximas que superan el umbral considerado extremo, por al menos tres días consecutivos. Ahora bien, las olas de calor golpean con más fuerzas aquellos territorios rodeados de cemento y con escasas áreas verdes.
De esa forma, las comunas más vulnerables de la región Metropolitana viven con mayor intensidad las altas temperaturas. "Uno se da cuenta que en la misma ciudad, el mismo día, hay diferencias entre seis y siete grados de temperatura", explica Martín Andrade, director ejecutivo de Corporación Ciudades.
"Eso tiene que ver probablemente con temas de ventilación o temas de altura, pero mucho tiene que ver con la falta de cobertura vegetal", agrega Andrade.
Las islas de calor
Una isla de calor corresponde a una zona urbana que posee alta densidad de edificaciones y espacios con cemento y, que a su vez, carece de áreas verden que contribuyan a disminuir las temperaturas.
"En estas olas de calor que se están presentando, hay comunas que van a sufrir y que sufren más que otras, porque tienen lo que se llaman las islas de calor", explica Paulina Aldunce, académica de la Universidad de Chile e investigadora CR2.
Así, mientras Lo Barnechea tiene 2.067 hectáreas de áreas verdes por 100.000 habitantes, Lo Espejo solo tiene 34. Las diez comunas con mayores temperaturas, durante olas de calor en los últimos diez años, son coincidentemente aquellas que tienen menos áreas verdes.
Desde el gobierno de la región se impulsará la creación de 38 bosques de bolsillo, una iniciativa que pretende instalar áreas verdes en comunas con alta presencia de cemento.