En un esfuerzo inédito por mantener vigente nuestra idiosincrasia y rendir tributo a lo que es nuestra cultura, Hogar de Cristo a través de la Funeraria Hogar de Cristo creó el primer archivo histórico que documenta las más grandes despedidas de los últimos 70 años en la historia de Chile. “Funerales de Chile, Historias de Grandes Despedidas” quedará a disposición del país para que juntos con la comunidad cocreamos este verdadero patrimonio cultural, con sus ritos y despedidas.
“Estas despedidas son un fiel reflejo de nuestra idiosincrasia y reflejan nuestra cultura y la manera particular en que los chilenos despedimos a los nuestros. Con respeto, agradecimiento y ese humor popular, acompañando de manera masiva, siguiendo el cortejo en moto o saludando con banderas chilenas, pasando por la pérgola de las flores que es casi una institución de las despedidas, construimos este archivo relevando las 60 despedidas más destacadas de Chile y de las cuales Funeraria Hogar de Cristo ha sido testigo durante estos años”, comenta Juan Pablo Rogers, gerente general de Funeraria Hogar de Cristo.
La destacada iniciativa aborda las despedidas más significativas que Chile le ha entregado a poetas y premios Nobel de Literatura, Gabriela Mistral y Pablo Neruda, además de los mandatarios Jorge Alessandri, Patricio Aylwin y Sebastián Piñera pasando por grandes deportistas como Sergio “Sapito” Livingston; Reimundo Tupper, Carlo de Gavardo y reconocidos cantantes y actores como Víctor Jara y Ana González, la inolvidable “Desideria”.
Pero también consigna las sentidas partidas en las que Funeraria Hogar de Cristo estuvo presente; como fue el caso del último adiós a los soldados de Antuco, el trágico accidente aéreo del equipo de fútbol chileno Green Cross y el fatídico vuelo 107 de Lan Chile que se estrelló el 6 de febrero de 1965 en Cajón del Maipo, cobrando la vida de sus 88 ocupantes.
“’Funerales de Chile, Historias de Grandes Despedidas’ es pionera en su género y busca documentar las más grandes despedidas en las que Chile se ha volcado a dar el último adiós a personalidades que han marcado su historia. Es un archivo que quedará a disposición de la comunidad, pero a su vez estará abierto al público para que este participé activamente de estos homenajes con videos, fotos, imágenes, anécdotas, que atesoren de estas despedidas. Se podría decir que será un archivo interactivo y cooperativo, abierto al público y construido con ayuda de todos los chilenos”, agrega Juan Pablo Rogers.
Después de casi un año, en colaboración con la historiadora Magdalena Dittborn, los centros de documentación de los diversos canales de TV y fundaciones, el archivo de grandes funerales se presenta como un registro histórico vivo que busca enriquecer la memoria histórica de nuestro país a través de la página web www.funeralesdechile.cl
Es en ese contexto que se puede visualizar el último adiós a Gabriela Mistral, realizado en el Salón de Honor de la Casa Central de la Universidad de Chile y que se convirtió en el epicentro de una despedida multitudinaria el 23 de septiembre de 1973 (Gabriela fallece el 10 de enero de 1957), fecha en la que Chile perdió a una de sus plumas más grandes. Así como se destaca la partida de Pablo Neruda, el poeta del mar y la tierra, el cantor del amor y la lucha, quien exhaló su último suspiro en la silenciosa habitación de una clínica en Santiago.
Mientras que el 4 de septiembre de 1990, exactamente veinte años después de su victoria en las urnas, Salvador Allende emprendió su último viaje por las calles de Santiago, avanzando por la avenida Alameda Libertador Bernardo O’Higgins, escoltado por un pueblo que, esta vez, sí pudo despedirlo, envuelto en una manta multicolor.
También destaca la despedida del cantautor Víctor Jara, cuyo ataúd había sido restaurado por su hija Amanda y trasladado en la carroza fúnebre de la Funeraria Hogar de Cristo. Sobre el féretro descansaba su clásica manta negra y roja con la que Jara solía presentarse en sus recitales y un ramillete de claveles rojos, el símbolo de su militancia en el Partido Comunista.
Hombre austero y de palabra Firme
El 31 de agosto de 1986, Jorge Alessandri Rodríguez cerró los ojos por última vez. Aquel hombre austero y de palabra firme, que gobernó Chile con la sobriedad de un estadista, dejó este mundo con la misma discreción con la que vivió. Su legado, sin embargo, ya estaba esculpido en la historia, en cada obra, en cada decisión tomada con la prudencia de quién antepone el deber al ruido de la política. El cortejo fúnebre de la Funeraria del Hogar de Cristo avanzó por las calles de Santiago con la misma dignidad que él reflejaba en cada uno de sus gestos. Este reunió a ciudadanos y líderes que homenajearon con pañuelos blancos al aire a un hombre íntegro, que dedicó su vida a servir. No hubo discursos grandilocuentes, ni ostentaciones innecesarias, solo el respeto de una nación que lo vio trabajar hasta sus últimos días, sin lujos, sin excesos, con la dedicación de quién jamás buscó más que el bien de su amada patria. Así, el 1 de septiembre de 1986, sus restos encontraron descanso en la Capilla del Cementerio General. Durante aquella jornada, la capital amaneció con las banderas izadas a media asta y el Gobierno decretó tres días de duelo oficial.
Defensor de los trabajadores
La madrugada del 31 de mayo de 1990, Clotario Blest dejó este mundo con la misma humildad con la que vivió. A sus 90 años, sin riquezas ni posesiones, su única herencia era la historia de un hombre que nunca dejó de luchar. Fue el fundador de la CUT, el defensor incansable de los trabajadores, el creyente que convirtió su fe en acción y la justicia en su bandera. Enfrentó cárceles, dictaduras y traiciones, pero nunca renunció a la idea de que la unidad del pueblo era invencible. El día de su funeral, frailes franciscanos llevaron sobre sus hombros el ataúd de Blest. En medio del homenaje, un grupo de militantes y anarquistas irrumpió y se apoderó del féretro como un acto simbólico de resistencia. La policía intentó detenerlos, pero la manifestación convirtió su despedida en una última protesta. La Alameda fue testigo de un cortejo caótico donde consignas, gritos y golpes se mezclaron con lágrimas y flores. Tras ser recuperado, el cortejo fúnebre del Hogar de Cristo se preparó para partir hacia el Cementerio General de Santiago. La multitud comenzó una larga caminata por la Avenida La Paz hacia el cementerio. Miles de personas se acercaron para tocar el ataúd o ayudar a llevarlo, mientras las flores caían desde todos los sectores. Llegando al cementerio, las pergoleras de Recoleta, formaron con flores blancas la frase gigante “Adiós Don Clota”.
El gran pianista de Chile
El 9 de junio de 1991, el mundo dejó de escuchar el piano de Claudio Arrau. En Mürzzuschlag, Austria, su corazón se detuvo, pero su música nunca dejó de sonar en las memorias de quienes le escucharon. Su partida, lejos de su Chile natal, marcó la despedida de un hombre que, con su arte, conquistó salas y auditorios de todo el mundo. El 13 de junio de 1991, tras su fallecimiento, Santiago fue testigo de un adiós como pocos. Sus restos fueron repatriados y recibidos con honores militares en el aeropuerto de Santiago. La Funeraria del Hogar de Cristo se hizo cargo del traslado de su féretro hasta la Catedral Metropolitana, donde miles de personas se congregaron para rendirle homenaje. La Orquesta Filarmónica de Chile y el Coro del Teatro Municipal ofrecieron una interpretación de Bach, Rossini y Mozart, obras que fueron, en su tiempo, parte vital de la exploración musical de Arrau. Aún en su partida, la música seguía siendo la principal forma de comunicación entre él y su público. No hubo palabras suficientes para describir la magnitud de su influencia; solo la música podía hacerlo. El viaje final de Arrau culminó en su ciudad natal, Chillán, donde fue sepultado el 16 de junio de 1991, en el Cementerio Municipal, en el "Patio de Artistas"
Una de las actrices más queridas
El 12 de octubre de 2002, el telón cayó demasiado pronto para Carolina Fadic. A sus 28 años, en la plenitud de su vida y su carrera, un accidente apagó su luz de manera repentina. La actriz, que había conquistado la televisión, el teatro y el cine con su talento y su belleza innegable, dejó un vacío en la escena artística chilena de la época.
Más de cinco mil personas, entre familiares, amigos, colegas y público, llegaron a rendirle homenaje. Las filas parecían interminables, cada rostro reflejando el peso de la incredulidad de quienes la veían cada noche por las pantallas de la TV.
Estación Mapocho lloró su última canción
El 15 de enero de 2003, la noticia de la muerte de Eduardo "Gato" Alquinta, vocalista y guitarrista de Los Jaivas, llegó como un golpe seco que resonó en la música chilena y en quienes lo seguían con devoción, era una voz inconfundible que había acompañado generaciones enteras con canciones que trascendieron fronteras. El velatorio en la Estación Mapocho fue una ceremonia a la altura del legado de Alquinta. Miles de personas llegaron para despedir a una figura emblemática, no solo del rock nacional, sino de la historia misma.
Una vida dedicada al servicio de Dios
El 7 de diciembre de 1998, Chile perdió al Cardenal Carlos Oviedo Cavada, un hombre cuyo corazón de pastor lo llevó a vivir su fe con una cercanía poco común. Su vida, dedicada a servir a los demás, no tuvo fronteras: desde su labor con los presos hasta las visitas constantes a los enfermos, incluidas las de aquellos sacerdotes que, como él, dedicaron su vida al servicio de Dios. El cortejo fúnebre, organizado por la Funeraria del Hogar de Cristo, recorrió las calles de Santiago antes de llegar a la Catedral Metropolitana, donde fieles y autoridades esperaban para rendirle homenaje. La capilla se instaló en el templo, y cientos de personas desfilaron ante su féretro para ofrecer una última oración.
Hoy, sus restos descansan en la Cripta Arzobispal de la Catedral Metropolitana de Santiago, un lugar que guarda no solo sus restos físicos, sino también la memoria de su vida y de su incansable servicio a Dios y a Chile.
Una luchadora del pueblo
El 6 de marzo de 2005, Chile veía partir a una de las luchadoras más incansables de su historia. Gladys Marín, Los restos de Gladys Marín fueron recibidos en el salón plenario del ex Congreso Nacional, donde un gran retrato suyo adornaba el lugar. Decenas de miles de personas, desde el domingo hasta el lunes, se alinearon para rendirle su último adiós, El presidente Ricardo Lagos decretó un duelo oficial de 48 horas y modificó los actos conmemorativos del Día Internacional de la Mujer en honor a Gladys Marín. El 8 de marzo, miles de personas acompañaron el cortejo fúnebre del Hogar de Cristo, que trasladaba los restos de Gladys Marín por las calles de Santiago, envueltos en banderas rojas y consignas. El ataúd recorrió la ciudad, pasando por el Palacio de La Moneda y deteniéndose ante la estatua de Salvador Allende, antes de continuar hacia el Cementerio General.
Antuco y los soldados caídos
18 de mayo de 2005. El viento helado de la cordillera silbaba un lamento mientras los féretros de los jóvenes soldados, escoltados por la funeraria Hogar de Cristo, eran llevados a su descanso final. En el cementerio, entre lágrimas y miradas perdidas, las familias de los caídos en la tragedia de Antuco despedían a sus hijos, hermanos y amigos. Eran 44 conscriptos y un sargento, muchachos de entre 18 y 20 años, atrapados por la tormenta en las alturas del volcán.La tragedia de Antuco se convirtió en la segunda mayor catástrofe del Ejército en tiempos de paz y desde entonces, cada 18 de mayo, Chile conmemora el Día del Soldado Conscripto, en homenaje a aquellos jóvenes que, con botas empapadas de nieve y cuerpos extenuados por el frío, enfrentaron su última marcha en la montaña.
Honores castrenses para Pinochet
El 10 de diciembre de 2006, Augusto Pinochet Ugarte falleció a los 91 años en el Hospital Militar de Santiago. Su velatorio se llevó a cabo en las instalaciones de la Escuela Militar, donde se le rindieron Honores Castrenses. El funeral se celebró en el patio Alpatacal de la Escuela Militar de Santiago, donde el obispo castrense, monseñor Juan Barros, ofició su misa. En el centro del recinto se situó el féretro con sus restos mortales, rodeado de los asistentes a la ceremonia.
El General del Pueblo
El 29 de mayo de 2008, el cielo de Panamá se teñía de luto. En un trágico accidente aéreo, la vida del General Director de Carabineros, José Alejandro Bernales se apagó repentinamente. Su figura trascendía su uniforme; era el rostro de una institución que veía en él liderazgo y compromiso. Su caída fue la de un gigante, y su nombre quedó grabado en la historia de Chile como el “General del Pueblo”. El 31 de mayo, el cortejo fúnebre del Hogar de Cristo escoltó sus restos hasta la Catedral Metropolitana, donde se celebró su funeral. Durante la ceremonia, el país se volcó a despedirlo con un silencio pocas veces visto, roto solo por los aplausos al pasar. Miles de personas custodiaban su último recorrido, entre flores y rezos, mientras los Carabineros juraban seguir con su legado.
El gran estadista de la transición
El 19 de abril de 2016, Chile despidió a uno de sus líderes más emblemáticos. Patricio Aylwin, el hombre de la transición a la democracia, cerró sus ojos para siempre, dejando tras de sí un legado de unidad y reconciliación. Su vida fue un testimonio de convicción y diálogo en los momentos más cruciales de la historia de nuestro país. Con su partida, el país sintió el peso de la despedida de un estadista que creyó en el camino de la paz.
La primera mujer piloto de Chile
El 5 de febrero de 2018, Margot Duhalde emprendió su vuelo final, dejando una historia en el cielo llena de recuerdos y hazañas imborrables. Fue la primera mujer piloto en la historia de Chile, desafiando los límites de su época, alzando el vuelo en una historia escrita con coraje. Desde los cielos de la Segunda Guerra Mundial hasta los aeródromos nacionales, su vida fue un testimonio de valentía. Su despedida a cargo de la Funeraria Hogar de Cristo fue la de una pionera. Pilotos, familiares y admiradores la honraron con el respeto que se ganó en vida, acompañándola en su último vuelo. La Fuerza Aérea de Chile se encargó de rendirle los honores en el cementerio Parque del Recuerdo, honores que se reflejaban en cada medalla que colgaba de su solapa, pero más aún, en cada mujer chilena que pilotea un avión.
Dos veces presidente, doble homenaje
El 6 de febrero de 2024, Chile se cubrió de luto. Sebastián Piñera, dos veces presidente de la República, empresario y líder, emprendió su último vuelo sobre las aguas del lago Ranco. El destino, implacable, le arrebató la vida en un instante, dejando a un país sumido en la sorpresa y el pesar. La carroza fúnebre de la Funeraria Hogar de Cristo avanzó solemnemente por las calles de Santiago, llevándolo a su última morada entre homenajes y emociones. En el ex Congreso, entre discursos solemnes y reconocimientos, su féretro recibió el tributo de las autoridades y los ciudadanos. Luego, la Catedral Metropolitana acogió su última despedida, un momento en el que la historia y la memoria se entrelazaron. Más allá de la política, fue la despedida de un hombre que asumió cada desafío con determinación y que, hasta el final, se mantuvo fiel a su espíritu.