En prisión preventiva quedó el médico ecuatoriano Christian González y el chef chileno José Miguel Baeza, luego de ser los principales sospechosos de la muerte de Francisco Albornoz, mientras que la fiscal a cargo aseguró que todo fue parte de un "plan delictual".
Francisco Albornoz tenía tan solo 21 años, era técnico en farmacia y desapareció inesperadamente luego de juntarse con los dos detenidos en un departamento de Ñuñoa. Días después, su cuerpo fue encontrado en las cercanías del río Tinguiririca.
Bajo diversas indagatorias y la formalización de ambos imputados, la fiscal de la causa, Rossana Folli, declaró que "el hecho que finalmente motiva y deriva en la lamentable muerte de Francisco, es parte de un plan delictual de los dos imputados en orden a causar la muerte".
En esa misma línea, agregó que este "plan delictual que más bien dice relación con procurar lograr primero la total impunidad del hecho; segundo, lograr que la víctima, que Francisco, no tuviera posibilidad alguna de defensa, y de lograr finalmente o asegurar el desenlace fatal".
"El Servicio Médico Legal de San Fernando concluye que la causa de muerte de Francisco es un traumatismo encefalocraneano, y que la lesión es de tipo homicida", recalcó la fiscal.
Además, afirmó que los golpes que recibió el joven "se producen al interior del departamento ubicado en la comuna de Ñuñoa".
Bajo ese contexto, la fiscal aseguró que "se descarta de que él haya podido estar siquiera un instante vivo al momento de que lo trasladaron al interior de la maleta".
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