Un supuesto templo evangélico, que funcionaba en un terreno fiscal tomado en la comuna de San Bernardo, fue desalojado tras revelarse una serie de irregularidades que, según el municipio, configuraban una operación de lucro encubierta bajo la fachada de un espacio religioso.
El lugar, liderado por el pastor Ángelo Robinson, era presentado como un centro de alabanzas y rehabilitación. Su interior contaba con sillas, equipos de música, parlantes y otros implementos para realizar cultos tres veces por semana desde las 19:00 horas. Sin embargo, las denuncias de vecinos y el trabajo de fiscalización municipal permitieron destapar una realidad muy distinta.
En el terreno de 600 metros cuadrados se construyeron cerca de 30 habitaciones, lo que según estimaciones municipales le habría generado ingresos mensuales cercanos a los 3 millones de pesos, considerando un presunto cobro de 100 mil pesos por pieza. El recinto también incluía lavandería, comedor, baños, patio, agua potable, electricidad e incluso un quiosco con diversas formas de pago: efectivo, transferencia y tarjeta.
"Esto es una toma irregular donde inicialmente se pone un escudo de una iglesia, de un proyecto de rehabilitación, y nos fuimos enterando lamentablemente que en el interior había un lucro, puesto que se habían diseñado distintas habitaciones y a cada persona se le cobraba un monto de dinero no menor de $100.000 para poder mantener el lugar", explicó el alcalde de San Bernardo, Christopher White.
Durante el desalojo, se encontraron en el lugar 50 personas, algunas de las cuales incluso levantaron barricadas.
El pastor Robinson no se encontraba al momento del operativo, pero fue contactado posteriormente por los medios y reconoció: “El error que yo cometí es tomar un lugar que estaba prácticamente abandonado. Asumo, asumo mi único error de haber tomado un lugar que no era mío".
"Partiendo de la base, de la raíz, de que la gente viene de la calle, de dónde va a sacar plata para pagar un arriendo. Yo de mi parte me rindo, me rindo. No lo vuelvo a hacer", añadió.
Pese a su mea culpa, el municipio anunció una querella por uso indebido de bien nacional de uso público y estafa: "Tenemos algunas declaraciones, de algunas personas que vivían acá, que han hecho mención de lo que se cobraba. Esos antecedentes los vamos a poner en la justicia, en el Ministerio Público, porque lo que tememos es que este tipo de asociación ilícita, que se generó acá, pueda generarse en otro lugar", afirmó White.
Tras el operativo, el templo fue completamente desmantelado. Ya no quedan ni las piezas ni la infraestructura improvisada. El terreno será recuperado y destinado a fines que beneficien a la comunidad.