El skater brasileño Sandro Dias, de 50 años, hizo historia en Porto Alegre al lograr dos récords Guinness tras descender por una rampa instalada en el edificio Centro Administrativo Fernando Ferrari, de 22 pisos de altura.
El deportista completó el drop-in más alto registrado hasta la fecha, con 88,91 metros, y alcanzó la mayor velocidad en un skate estándar, superando los 130 km/h.
“Me siento muy feliz. Era un desafío que parecía imposible, pero sabía que estaba haciendo algo grande no solo por mí, sino también por el skate mundial”, declaró emocionado tras la hazaña.
Preparación y riesgos
Para llegar a este resultado, Dias entrenó durante meses. Primero descendió desde alturas menores, comenzando con 55 metros y aumentando progresivamente hasta alcanzar los 70. Durante las pruebas, incluso logró un récord Guinness preliminar con un salto desde 65 metros.
El reto implicó intensas cargas físicas: en ciertos tramos llegó a soportar una fuerza equivalente a 310 kilos sobre su cuerpo y hasta 400 kilos sobre la tabla. Para resistir estas exigencias, el skater se sometió a un programa de preparación especial que incluyó entrenamientos con peso adicional y pruebas de velocidad en pista de aeropuerto.
La rampa utilizada, revestida con paneles de madera, triplicaba la altura de cualquier otra construida en el mundo. Además, se instalaron medidas de seguridad como barreras inflables y sistemas de absorción de impacto para reducir riesgos en caso de accidente.
Reacciones en el mundo del skate
La hazaña de Dias fue destacada por referentes del skate mundial. Su amigo y colega Ryan Sheckler afirmó que el brasileño “siempre ha ido más alto y más rápido que los demás”. En tanto, Tony Hawk subrayó que el logro demuestra que “el skateboarding sigue superando límites de altura y velocidad”.
El desafío, realizado con el apoyo de Prada Linea Rossa y Red Bull, concretó una idea que durante años circuló como mito entre la comunidad skater: transformar el edificio con forma de rampa en la “rampa definitiva”.
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