Un equipo de investigadores chilenos y extranjeros descubrió dos nuevas especies fósiles de tiburones y rayas en la Formación Bahía Inglesa, en la Región de Atacama. El hallazgo, publicado en la prestigiosa revista británica Papers in Palaeontology, amplía el conocimiento sobre la evolución marina del Pacífico Sur y combina ciencia, historia y cultura popular.
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Un hallazgo único en el litoral de Caldera
El estudio, liderado por el Dr. Jaime Villafaña, investigador de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), analizó más de 300 kilos de sedimentos recolectados en la localidad de Econssa, comuna de Caldera.
A partir de esos materiales, los científicos identificaron 241 restos fósiles correspondientes a 19 especies de peces cartilaginosos del Mioceno tardío, hace aproximadamente 7 millones de años.

La particularidad del estudio fue el uso de microfósiles dentales, restos de menos de un centímetro que, pese a su diminuto tamaño, permiten reconstruir con detalle la fauna marina del pasado y comprender mejor los ecosistemas extintos.
Un tiburón sierra inspirado en la ciencia y el animé
Entre los fósiles analizados, nueve dientes únicos permitieron definir un nuevo género y especie: Pochitaserra patriciacanalae, un tiburón sierra extinto. El nombre honra a la paleontóloga chilena Dra. Patricia Canales, reconocida por sus investigaciones sobre fósiles del Pleistoceno en Osorno y por su labor en rescates paleontológicos del norte de Chile.
Además, el género Pochitaserra toma inspiración del personaje “Pochita” del animé japonés Chainsaw Man, por su semejanza con el hocico dentado de los tiburones sierra.
“En las mejores circunstancias, los nombres científicos deben ser descriptivos y memorables, de modo que los especialistas y el público amplio los recuerden y asocien. No es misterio que los científicos solemos ser un poco frikis y nos pareció una excelente oportunidad para crear un nombre fácil de recordar y que inspire a las nuevas generaciones”, dijo Martín Chávez, director científico de CIAHN Atacama y coautor del estudio.

Una nueva raya del Pacífico Sur
El segundo descubrimiento corresponde a Dasyatis manuelcamposi, una nueva especie de raya fósil nombrada en homenaje a Manuel Campos, pescador del Maule dedicado a la pesca recreativa. Su nieto, Jorge Campos, gerente general de la consultora ambiental Therium y coautor del estudio, destacó el vínculo entre el hallazgo y las comunidades costeras.
“El hallazgo de la gran diversidad de peces cartilaginosos, incluidas las dos nuevas especies, Pochitaserra y Dasyatis manuelcamposi no sólo amplía nuestro conocimiento sobre la evolución de tiburones y rayas en el Pacífico Sur, también nos recuerda la importancia de vincular la ciencia con las personas y la cultura”, señaló el Dr. Villafaña.
Esta nueva especie pertenece a un género viviente de pastinacas o rayas látigo que actualmente no cuenta con representantes en Chile.
Relevancia científica y cultural
Los resultados del estudio confirman que la Formación Bahía Inglesa es uno de los yacimientos paleontológicos más importantes de América, al albergar fósiles únicos que permiten comprender la evolución de los océanos y su biodiversidad. Además, se registraron por primera vez en Sudamérica los géneros Sympterygia, Dipturus y Rhinobatos, junto con los primeros fósiles del tiburón peregrino (Cetorhinus maximus) y el tiburón leopardo (Triakis semifasciata) en el hemisferio sur.
“Estos pequeños dientes no sólo nos revelan una diversidad de peces previamente desconocida para la zona, sino que también nos muestran una parte poco conocida del ecosistema: los habitantes del fondo marino”, complementó Martín Chávez.
Un puente entre ciencia y cultura
El trabajo, desarrollado por científicos de Chile, Canadá y Reino Unido, demuestra cómo la paleontología moderna puede unir conocimiento científico y memoria cultural, rindiendo homenaje tanto a investigadores como a las comunidades que habitan los paisajes donde se descubre la historia del planeta.
Con este hallazgo, Bahía Inglesa reafirma su rol como un laboratorio natural para estudiar la vida marina del pasado, aportando nuevas piezas al gran rompecabezas evolutivo del Pacífico suroriental.